La pintura salpicada es una antigua técnica decorativa que se usaba para dar vida y variedad a las superficies de las paredes, a menudo para ocultar irregularidades en la base. En lugar de rodar o pintar con brocha, se salpica la pintura con una escoba o batidor, preferiblemente de ramitas de abedul o arándano. El resultado es un patrón hermoso, vivo e irregular.
El temple de huevo es especialmente adecuado para pintar salpicando porque es fluido, seca lentamente y da un acabado mate suave.
Así es como se hace
Sigue a Carin en el video a continuación mientras explica y muestra cómo se hace:
En el video se usa un batidor de pintura hecho de ramitas de abedul recortadas para dar salpicaduras irregulares. Carin comienza con un color más oscuro y termina con uno claro, lo que hace que la superficie sea más viva. También prueba usar ramitas de arándano por primera vez y muestra cómo el resultado varía según la distancia, el ángulo y la técnica.
Ejemplo de cliente
Aquí Ingela ha salpicado las paredes de la cocina con tres colores en temple de huevo. Usó Snövit como base, junto con 6-690 amarillo y 2-880 azul como colores para salpicar. La pintura de la pared es un color gris-blanco roto, 0-9863. El resultado fue una expresión viva que al mismo tiempo se integra bien con el resto de la habitación.
"Estamos tan satisfechos. Quedó tan bonito y la pintura tenía la consistencia perfecta para salpicar con el batidor de abedul. También cubrió bien el papel tapiz." — Ingela Gustén




Imágenes de Ingela Gustén
Pintar salpicando con temple de huevo es divertido y permisivo. Nada sale mal y cada pared adquiere su propio carácter. ¡Atrévete a probar!
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